Elaboramos un recorrido de la historia de la Capilla del Colegio Sagrado Corazón con fotos y una breve reseña extraída en parte de un cuadríptico de 1997 impreso por el colegio, con motivo de cumplirse 85 años de su creación.
Esta pequeña y bella capilla está ubicada sobre calle L. N. Alem. Se construyó en la década de 1930 en una quinta contigua al colegio, donada por el señor Genaro Pérsico y señora. Su edificación fue solventada casi en su totalidad por la señora Rosa Mollo de Pérsico, madre de Genaro. La mano de obra la realizaron los albañiles Ambrosio Rivolta, Rinaldo Brambilla y Carlos Testa, conocidos en esa época con el nombre de “Los tres Mosqueteros”.
Le solicitamos a una amiga del Archivo, la arquitecta Cecilia Borghini que nos ayudara a describir su aspecto arquitectónico y nos preparó una interesante y completa caracterización, que agradecemos enormemente:
“Capilla del Sagrado Corazón – Arquitectura:
La capilla, construida durante la década de 1930, se presenta como una construcción sencilla que combina elementos arquitectónicos de distintos estilos. Por un lado, la simetría de su composición y el remate del cuerpo central en forma de “frontis” remiten a la tradición clásica griega. Por otro lado, la pureza de sus líneas, la escasa ornamentación y la decisión de curvar las líneas de las cornisas de los distintos cuerpos, podrían considerarse como elementos de transición hacia el estilo moderno, ya imperante en la época. Por último, sus ventanas ojivales (o “en punta”), son propias de la arquitectura islámica, luego retomada por las construcciones góticas. Como únicos elementos ornamentales, la fachada de la capilla expone en el cuerpo central una figura humana esculpida dentro de un nicho, también ojival, una cruz cristiana en la parte más elevada, y una cruz correspondiente a la orden de las Hijas de la cruz, ubicada en el interior (o tímpano), del frontón. La capilla, anteriormente perteneciente a un convento de monjas, es contigua al colegio y se comunica internamente por puertas laterales. Ubicada a escasos metros de la línea de calle, la misma cuenta con un muro perimetral muy sencillo de material y reja a modo de acceso. En concordancia con el aspecto exterior, el interior también se presenta sencillo y de composición simétrica: el altar, levemente elevado, y separado de los bancos de los fieles por unas sencillas barandas blancas de madera, está decorado con figuras de santos, cruces, flores demás elementos litúrgicos. Lo mismo sucede con los muros laterales, que presentan figuras de santos sobre pequeños pilares, candelabros y sencillos muebles de madera”.
En la década de 1970 el colegio se sumerge en una profunda crisis que puso en riesgo la continuidad del mismo, y se decide vender, dejando de estar a la orden de la Congregación Hijas de la Cruz, pasando a depender de la Asociación Civil, quien compra el inmueble y logra la personería jurídica, manteniendo el nombre de Colegio del Sagrado Corazón hasta la actualidad.
Al retirarse las hermanas, se llevan las imágenes de Santa Isabel y San Andrés, quedando vacíos los pedestales de mármol. Ante ese vacío, el Doctor Ruben Cosser Rivera y familia deciden donar dos imágenes: Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres traídas desde Perú.
Aunque en esta hermosa capilla se han celebrado misas, comuniones y hasta algún casamiento, hoy ya no luce con el esplendor de otras épocas.